El postre reversible de platano y chocolate
Mousse de chocolate y crema de plátanos
Para la mousse:
– 100 grs. de chocolate negro para fundir
– 5 hojas de gelatina
– 6 huevos
Para la crema de plátanos:
– 4 plátanos maduros
– 2 cucharadas de azúcar moreno
– 2 yogures naturales o griegos
– 5 hojas de gelatina
– 200 grs. queso fresco para untar (tipo philadelfia o similar)
– 30 grs. mantequilla
– zumo de medio limón
Cortar los plátanos en rodajas y dorarlos en una sartén junto el azúcar, la mantequilla y el zumo de limón. Unos dos minutos a fuego lento para que se ablanden un poco, sin que lleguen a deshacerse las rodajas. Queda chulísimo, como veis en la foto de la sartén. Dejar enfriar un poco .
En un bol se mezcla el yogur, el queso y la gelatina (previamente bien disuelta en un poco de agua caliente. Se añaden los plátanos, se mezcla bien y se vierte en un molde desmontable previamente engrasado. Se deja en el frigo hasta que cuaje un poco. Y mientras tanto (ejjjj que hay que decirlo todo), se va recogiendo la cocina, limpiando los cacharros o metiéndolos al lavaplatos y preparando los ingredientes de la siguiente capa.
Ahora nos metemos con la mousse: Fundir el chocolate troceado en el microondas. Añadir la gelatina disuelta en un poco de agua caliente, las yemas de los huevos , mezclar todo muy bien y finalmente y poco a poco añadirlas claras a punto de nieve. Verter sobre la crema de plátanos y mirar la foto de la izquierda qué mono queda. Y el molde que ¿eh?, de lujo. Es una de mis últimas adquisiciones compulsivas en materia cacharreril y es monísimo de la muerte mortal.
Meter en el frigo cubriendo el molde con papel film. El mínimo son dos o tres horas para que cuaje la gelatina y tal, pero mejor si se hace de un día para otro.
Desmoldar con cuidado y he aquí el resultado. Lógicamente el adorno florido es de mi cosecha, para que no quede soso. También se puede poner chocolate blanco raspado con un cuchillo o lo que quieras.
Este postre se puede sacar a la mesa tal cual, y se van cortando las porciones sobre la marcha. Pero vamos a rizar un poco el rizo:
A la izquierda, el postre ya cortado, con su adorno correspondiente y un churretón de chocolate líquido por aquello del vacío plateril.
A la derecha, le he dado la vuelta y le he puesto ralladura de chocolate negro.
Y en este caso el orden de los factores sí que altera el producto: me ha gustado más, en la boca, el sabor de la preparación de la derecha, que de la izquierda (!lo que son las cosas¡).
Supongo que algo tendrán que ver las papilas gustativas, pero ahí ya no me meto, no me vayan a confundir con el Ferrán.
LA OTRA